Experiencias



Irene, Educadora 23 años
Soy Irene y llevo haciendo Técnica Alexander poco más de un año. En el poco tiempo que llevo aprendiendo no he parado de avanzar y de conocer más en profundidad mi psicomotricidad y el equilibrio.
Empecé a hacer Técnica después de mi tercera operación de cadera, me operaron ya que tenia displasia en ambas caderas. La verdad es que con la operación se arreglaba el problema, pero claro la rehabilitación no es tan sencilla.

Con el actual sistema de rehabilitación, al menos en mi caso, no avancé nada. No tomaban en cuenta que nunca había andado bien, malos hábitos al andar, que no mejoraron después de la operación y con tanto tiempo en muletas.
Al principio la técnica Alexander solo me hacía sentir más ligera al andar, cuando salía de clase, pero poco a poco he empezado a tener conciencia de como funciona el cuerpo al desplazarse.
Al poner atención en la relajación muscular y en la posición corporal, se han ido yendo viejos hábitos y me resulta más sencillo el día a día.
Antes era impensable subir la compra por las calles empinadas del barrio, ahora aunque me cuesta puedo hacerlo, como todo el mundo.
La verdad es que en general influye en todo, como te sientes más ágil te mueves más, te apetece más caminar, salir... tu calidad de vida mejora significativamente.

Soy Aida, tengo 29 años y  hace  16 años me diagnosticaron la enfermedad de Wilson con afectación neurológica. 
En mi caso, ésto significa que tengo dificultades al hablar, sobretensión muscular, dificultad al andar y movimientos distónicos.
Hace un año y medio que empezé la técnica Alexander con Tanja y sinceramente, gracias a la técnica y a Tanja, mi mejora tanto física como anímica y mentalmente ha sido espectacular.
Con la técnica, Tanja me ha ayudado a darme cuenta de cómo uso mi cuerpo y darme pistas para equilibrar mi cuerpo cambiando costumbres que tengo adquiridas y que dificultan mi dia a día. Os pondré un ejemplo: Antes andaba con el brazo izquerdo rígido, immóbil y para atrás, yo no me daba cuenta de ésto porque siempre lo habia hecho así. Andar con el brazo de esta forma  me dificultaba la fluidez al caminar ya que hacía que pusiera también en tensión el resto del cuerpo al andar   y además me tropezaba. Con Tanja he aprendido a andar con más soltura con lo que no sólo ha mejorado la forma de andar, sino que ya no me tropiezo cada dos por tres, y mi autoestima y seguridad al andar mejor han mejorado increíblemente. 
Os pondré también el ejemplo del habla: una parte fundamental del habla es la respiración ya que para hablar se necesita expulsar aire. Antes de empezar con Tanya tenía los hombros tirados adelante, esto provocaba que mi caja torácica estubiera encogida y me dificultara muchísimo al hablar y también me cansaba mucho. Tanja se dio cuenta de éllo y me ha enseñado a abrir mi caja torácica, con lo que mi mejora en el habla ha sido espectacular y eso en el día a día me ha facilitado muchísimo la relación con las demás personas.

En definitiva, creo que trabajar con Tanja, aparte de lo increïble y profesional persona que es, es lo mejor que he podido hacer para mejorar mi dia a día, y mejorar el dia a dia es mejorar la vida :)   

Adrian, actor 50 años, Meritxell, actriz 42 años
Somos Adrian Crescini y Meritxell Martínez de la asociación "La Xixa Teatre", la misión de la asociación es poder empoderar a las personas con las herramientas del Teatro del Oprimido, para que el teatro, así como el resto de las artes, puedan ser un medio de expresión popular y de creación de diálogo colectivo para buscar alternativas al estatus quo social. Somos alumnos de Técnica Alexander de Tanja Haupt desde noviembre de 2011, nosotros como actores y como dinamizadores de grupos diversos , necesitábamos aprender a estar en nuestro cuerpo para poder dejar de hacer todo aquello que no necesitamos, para poder regular nuestra energía en escena y dando clases, para ser poder conscientes de la utilización de nuestro cuerpo. Todo esto se manifestaba de forma diferente en cada uno de nosotros, Adrián tiene, o puedo decir que tenía, un problema en su rodilla, donde la solución médica tradicional era o bien una reducción de peso corporal rallando lo imposible o bien una operación de menisco, y Meritxell tenía un problema de vértigo, provocado por una tensión a nivel de cervicales y hombros.
Desde que tomamos las clases de Técnica Alexander nuestras dolencias han mejorado de manera que no suponen para nosotros una pérdida de energía, ni un foco de atención, el dolor de rodilla a disminuido mucho y el vértigo a prácticamente desaparecido. Pero esto a sido sólo una parte de lo que nos ha pasado, en cada clase nos damos cuenta de algún hábito inconsciente que teníamos "escondido" en alguna parte! Una tensión en el estómago, aguantar los hombros por si se caían a algún sitio, unos dedos de los pies agarrotados, etc...soltar eso tiene un efecto sorprendente, nos hemos dado cuenta que podemos vivir con nuestro cuerpo utilizando mucha menos energía o fuerza, que la fuerza de la gravedad es nuestra amiga y juntos podemos llegar muy lejos sin tensión, y sobretodo la sensación super agradable y feliz de reconciliarnos con nuestro cuerpo. Hemos pasado de forzar el cuerpo para poder hacer lo que queremos hacer a estar con nuestro cuerpo, tranquilos, y poder hacer todo lo que queremos hacer! Seguimos aprendiendo como estar con más consciencia, creando espacios y creciendo! Estamos convencidos que sin el trabajo que estamos haciendo nos hubiera sido imposible el desarrollo profesional que estamos teniendo.


Hannah, Estudiante, 25 años
Antes de empezar con la Técnica Alexander no sabía bien de que se trataba pero me causó mucha curiosidad, ya que me parecía tener un enfoque holístico, del cuerpo y del “ser”.
Solía tener muchas tensiones, problemas y dolor al andar, aparte de una inestabilidad física que a la vez influía mi bienestar psíquico, por ejemplo no me podía sentar de modo agradable, no podía poner la espalda recta (aunque aprenderéis que el cuerpo lineal y perfecto no existe).
Debido a las tensiones que me causaba la falta equilibrio corporal, me saltaban a veces las vertebras y tuve que ir a un osteópata para que me las volvía a colocar.
Ahora llevo un año y medio practicando la Técnica Alexander y debo admitir que los cambios que he experimentado en mi cuerpo han sido sensacionales.
Lo bueno de esta técnica para mí, es el hecho de que el cuerpo es reeducado hacía una postura mejor  que ayuda muchísimo a mantener el equilibrio físico y mental. Es asombroso como nuestro cuerpo es capaz de aprender con una enorme rapidez  la postura y la forma de movimiento que le vaya mejor para todo, y he experimentado la felicidad que supone estar sin dolor, así que estoy muy agradecida a todo que me ha enseñado la Técnica Alexander.
He  prácticamente dejado de tener tensiones y no he vuelto al osteópata,  que para mí es una gran ventaja, visto que la colocación de las vertebras me causaba mucho dolor y sensibilidad los primeros días después.
A la hora de elegir a la profesora o profesor pienso que es muy importante escoger a alguien que nos inspira confianza, para que el trabajo sea eficaz, en mi caso tuve muchísima suerte ya que mi profesora es una persona encantadora con un gran don de ayudar.
Así que recomiendo a todas y todos que lo intenten,  y vean el provecho que la Técnica Alexander aporta a nuestro cuerpo y nuestra mente.
Otro aspecto que me gusta mucho de de la Técnica Alexander es el hecho de que se trata de un trabajo físico que no tiene ninguna aspiración espiritual, a parte quizá de la filosofía del cuerpo en sí, pero esto, amigos, es ciencia.
Hannah

Silvia, Educadora, 29 años
Trabajo como maestra de educación infantil y desde hacia unos cuatro años solia tener bastantes molestias en las cervicales y tendinitis en el brazo izquierdo, tuve dos cervicalgias y después de la segunda hace un año y medio decidí empezar con la técnica Alexander.
Hasta entonces solia ir a hacerme masajes e iba al osteópata cada dos meses más o menos. 
Desde que empecé con la técnica dejé poco a poco de sentir dolor y no he tenido que volver a hacerme masajes, asi que estoy encantada y creo que me está ayudando mucho. 

Eva, 37 años
Soy maestra de Educación Infantil y trabajar con pequeños hace que muchas veces adoptes posturas erróneas que te pasan factura con el tiempo. El día a día, las rutinas, el trabajo, te van acumulando tensiones y no tienes ni un momento para reflexionar y darte cuenta de lo que no funciona. Cuando tu cuerpo decide parar es cuando intentas buscar una solución. Mi punto débil son las cervicales y condicionaban claramente mi trabajo y mi estado de ánimo. Mi médico me aconsejó ir a rehabilitación y a un fisioterapeuta, pero después de tratamientos y de masajes intensos, el problema continuó. Comentándolo con unos amigos, me hablaron de Tanja y de la técnica que utilizaba. Pensé que podía intentarlo, pues tenía poco a perder y quizás mucho a ganar.  Al comenzar, no entendí mucho de qué se trataba. Desconocía la técnica y era completamente diferente a todo lo que había hecho hasta entonces. Aquellos movimientos tan sutiles, sin esfuerzo, "dejando ir", parecían no tener ninguna repercusión en mi cuerpo, en mi persona, pero no fue así. Después de unas semanas, pude sentir, notar y ver que estaba mucho mejor, siendo más consciente de mi cuerpo y de cómo poder prevenir. Las palabras de Tanja, su atención y su trato cercano han hecho posible que la técnica sea mucho más efectiva. Gracias por todo!